20 mayo 2023
in WHF
GINEBRA, 20 de mayo de 2023: las muertes por enfermedades cardiovasculares (ECV) aumentaron en todo el mundo de 12,1 millones en 1990 a 20,5 millones en 2021, según un nuevo informe de la Federación Mundial del Corazón (WHF). La ECV fue la principal causa de muerte en todo el mundo en 2021, con cuatro de cada cinco muertes por ECV ocurriendo en países de bajos y medianos ingresos (LMIC).
El Informe Mundial del Corazón, presentado en la Cumbre Mundial del Corazón de 2023, proporciona el primer análisis en profundidad de los datos de riesgo y mortalidad de ECV en todo el mundo, y un análisis único de la implementación de políticas a nivel nacional para mitigar las ECV.
Las tasas más altas de mortalidad por ECV ocurren en la región de Europa Central, Europa del Este y Asia Central. Aunque el número total de muertes por ECV aumentó en las últimas tres décadas, en gran parte debido al envejecimiento y el crecimiento de la población, la tasa de mortalidad por ECV se redujo a nivel mundial de 354,5 muertes por cada 100 000 personas en 1990 a 239,9 muertes por cada 100 000 personas en 2019. Sin embargo, esta disminución fue desigual entre las regiones; la disminución más rápida en la tasa de mortalidad se experimentó en los países de altos ingresos.
El profesor Fausto Pinto, coautor del informe y expresidente de la WHF, dijo: “Los datos no mienten. Este informe confirma la grave amenaza que suponen las enfermedades cardiovasculares en todo el mundo, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. Se pueden prevenir hasta el 80 por ciento de los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares prematuros. Es vital que los países den prioridad al despliegue de herramientas y políticas para proteger a las personas de las ECV”.
El informe destacó que la presión arterial alta, la contaminación del aire, el consumo de tabaco y el colesterol LDL elevado se encontraban entre los principales contribuyentes a las muertes por ECV. En general, un hallazgo clave es que los factores de riesgo varían entre regiones, por lo que es vital que los países conozcan su perfil de riesgo. También encontró que los países que invierten más en atención médica como porcentaje del producto interno bruto (PIB) tienen tasas de mortalidad por ECV más bajas, mientras que las tasas de mortalidad por ECV son más altas en países donde las personas pagan más de su bolsillo por atención médica.
“Invertir en salud salva vidas. Esta evidencia es indiscutible. De acuerdo con las recomendaciones de la OMS, los países deben invertir al menos el 5 por ciento de su PIB para ayudar a reducir las tasas de mortalidad y morbilidad por ECV”, dijo la profesora Mariachiara Di Cesare del Instituto de Salud Pública y Bienestar de la Universidad de Essex, que compiló y analizó los datos en colaboración con WHF.
En su análisis de las políticas nacionales para mejorar la salud de las ECV, la WHF descubrió que el 64 % de los países han implementado al menos siete de las ocho políticas recomendadas, incluidos los programas nacionales de control del tabaco, la disponibilidad de tratamientos farmacológicos para las ECV y las unidades operativas dentro de los Ministerios de Salud. . El nivel más bajo de implementación de políticas se encontró en África Subsahariana, donde más del 50 por ciento de los países no tienen disponibilidad de medicamentos para las ECV en los centros de atención primaria, un Plan Nacional para las ECV o una Unidad de Enfermedades No Transmisibles (ENT).
El informe incluye cinco recomendaciones para volver a encarrilar el progreso en la salud de las enfermedades cardiovasculares. Estas recomendaciones cubren la implementación de todas las políticas clave para combatir las ECV, garantizar que las intervenciones de salud de las ECV estén financiadas adecuadamente y continuar los esfuerzos para mejorar los datos sobre las ECV y sus factores de riesgo, particularmente en los LMIC.
“Los buenos datos pueden ayudar a impulsar una buena política: las recomendaciones del informe dejan claro que aún existe la oportunidad de acelerar la acción hacia el objetivo de reducir la mortalidad prematura por ENT en un tercio para 2030”, dijo Pinto.
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Notas a los editores:
Metodología y fuentes de datos– para la carga general y las tendencias de la mortalidad por ECV, se utilizaron estimaciones de la Carga mundial de morbilidad de 1990 a 2019, ya que este es el último año para el que las estimaciones están disponibles al nivel de desglose necesario para el informe. El informe ocasionalmente hace referencia a datos de 2021 sobre la carga mundial de enfermedades, aunque no se dispone de un desglose más detallado para ese año. Además del Estudio de la carga mundial de morbilidad, las principales fuentes de datos utilizadas son la Colaboración sobre factores de riesgo de ENT, la iniciativa Cuenta atrás para las ENT 2030, la OMS y el Banco Mundial.
Tasas de mortalidad–todas las tasas de mortalidad utilizadas están “estandarizadas por edad”, una técnica para comparar mejor los resultados de la enfermedad entre las poblaciones. Calcula el resultado de la enfermedad si la estructura de edad de la población fuera la misma para todos los países, lo que permite evaluar las diferencias observadas debido a factores relacionados con la enfermedad en lugar de la estructura de edad de la población.
Índice de políticas WHF- asigna una puntuación de 0 si no se registra la implementación de una medida en el país y de 1 si la política se ha implementado. El índice se calcula sumando el puntaje general de cada país. La fuente de datos para cada país es el Observatorio Mundial de la Salud de la OMS.
Este primer Informe Mundial del Corazón fue posible gracias al apoyo de la Fundación Novartis y la WHF tiene la intención de publicar el Informe Mundial del Corazón anualmente antes de las futuras Asambleas Mundiales de la Salud.